El metano representa alrededor de un tercio del calentamiento global. Reducir las emisiones de metano es una forma rentable y relativamente rápida de limitar el aumento de la temperatura global, según un nuevo informe respaldado por las Naciones Unidas.

A medida que las temperaturas globales siguen aumentando y los peligros climáticos físicos se vuelven cada vez más frecuentes e intensos, cada vez más organizaciones se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El dióxido de carbono atrae gran parte de su atención, pero las emisiones de metano de la actividad humana son el segundo mayor impulsor del calentamiento global y representan aproximadamente el 30 por ciento del aumento de temperatura desde los niveles preindustriales. Por lo tanto, frenar las emisiones de metano será fundamental para resolver la ecuación de cero netos, es decir, reducir las emisiones de GEI tanto como sea posible y contrarrestar las emisiones restantes con la eliminación de GEI, y estabilizar el clima.

Las cinco industrias, que en conjunto representan el 98% de las emisiones de metano de la humanidad, son: la agricultura, el petróleo y el gas, la minería del carbón, la gestión de desechos sólidos y la gestión de aguas residuales.

Si bien el metano y el CO2 tienen efectos de calentamiento similares, contrastan en varios aspectos. El metano permanece en la atmósfera solo una década, en comparación con los siglos de persistencia del CO2, pero atrapa muchas veces más calor. Las emisiones de metano son mucho más irregulares, emitidas intermitentemente por pozos de petróleo, ganado, vertederos y minas de carbón.

Agricultura

La agricultura genera del 40 al 50 por ciento de las emisiones globales de metano, pero estas emisiones provienen de millones de granjas de diferentes tamaños y prácticas agrícolas en todo el mundo. Las emisiones agrícolas son principalmente el resultado de animales rumiantes (principalmente vacas y ovejas), prácticas agrícolas y producción de arroz. Los rumiantes crean metano durante la digestión, junto con CO2 y otros gases. El impacto es significativo: los rumiantes representan casi el 70 por ciento de las emisiones agrícolas. Son responsables a nivel mundial de más emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) que todos los países excepto China. Una gran proporción de las emisiones de la agricultura podría abordarse con las tecnologías existentes. Las estrategias de reducción incluyen la prevención de la quema de campos después de las cosechas, el ajuste de la alimentación del ganado para que libere menos metano y el drenaje regular de los arrozales

Petróleo y gas

El petróleo y el gas representan aproximadamente del 20 al 25 por ciento del metano antropogénico. La industria del petróleo y el gas emite “metano fugitivo” a través de venteos, fugas y combustión incompleta durante la quema. Dado que el metano es el componente principal del gas natural, estas emisiones son una fuente de valor sin explotar, que depende de que se establezca la infraestructura necesaria. Además, existen numerosas opciones para evitar pérdidas en la producción aguas arriba, que incluyen, electrificación o reemplazo de equipos, sistemas de aire de instrumentación y unidades de recuperación de vapor. Casi todas las medidas podrían implementarse a bajo costo. Estos incluyen mejorar la detección y reparación de fugas de metano en instalaciones de petróleo y gas e inundar minas de carbón abandonadas que tienen fugas de gas.

Minería de carbón

La minería del carbón produce aproximadamente del 10 al 15 por ciento del metano antropogénico. La gran mayoría de las emisiones de metano de las minas de carbón (CMM) emanan del trabajo o del abandono de las minas profundas. Existe un desafío importante en la medición y recuperación de estas emisiones. Sin embargo, las tecnologías establecidas pueden capturar las emisiones de metano de las minas de carbón y utilizarlo para generar energía. El caso de inversión es probablemente más fuerte para las empresas en China, que representan alrededor del 70% de las emisiones de CMM y que han invertido en gasificación de carbón para el sector industrial.

Residuo sólido

La mayoría de las emisiones de metano de los desechos se originan en rellenos sanitarios y basureros abiertos, donde el material orgánico anaeróbico genera metano con el tiempo. A través de los mercados de biogás y otros incentivos, las autoridades podrían capturar estas emisiones y vender el metano como gas natural renovable o usarlo en la producción de fertilizantes.

Aguas residuales

Las aguas residuales emiten metano a partir de la descomposición de la materia orgánica en las corrientes de aguas residuales. El método principal para reducir las emisiones sería construir infraestructura y tecnología de saneamiento modernas. Cuando haya financiación y acceso a la tecnología, los enfoques alternativos de reducción podrían incluir el uso de lagunas cubiertas o la aplicación de micro algas para evitar la formación de gases. Los bio-solidos responsables de producir metano podrían recolectarse y venderse como fertilizante o bioenergía.

La reducción de las emisiones de metano, junto con los esfuerzos para reducir las emisiones de dióxido de carbono, reduciría rápidamente las concentraciones del gas en la atmósfera, lo que ayudaría a mitigar algunos de los efectos nocivos del cambio climático en los próximos años.

Muchas tecnologías para reducir las emisiones de metano ya están en uso en todo el mundo. A diferencia de las estrategias para frenar las emisiones de dióxido de carbono, como la captura y el almacenamiento de carbono, muchas de las que se utilizan para reducir el metano son económicas. Según el informe, la mitad de las medidas específicas que podrían tomar los emisores eventualmente se pagarían por sí mismas.